viernes, 1 de octubre de 2010

1-10-10

Solo quiero que tú no me falles
pues ni nosotros sabemos quienes
son los que corren por las calles
y no hay manera del que vacío llenes.
Nunca peor supo el segundo plato
como allá lejos se desató la furia,
que el humor dejó de ser barato
y a mordiscos va nuestra historia.
Es más, tanta tensión es la que cargas
persiguiendo el sueño por las noches,
que cada día ya son más largas,
y mi alma se esconde entre estuches.
Es verdad que no lo pensaba
saliendo tan malamente escopetado,
porque quien no acierta acaba
recibiendo lo contrario esperado.
Y con los reproches vendrás ahogando
que son tijera, pesa y envoltorio,
que tanto llevan jugando y picando
y a nuestro tiempo satisfactorio.
Si por callarme me diera cuenta
que estar contento no es en vano,
nunca tendremos minuto noventa
en nuestra buena lucha, es lo más sano.

No hay comentarios: