viernes, 25 de marzo de 2011

25-3-11

Sacando las ideas con retraso
más allá de aquel miedo invisible,
convirtiendo en desquicie lo temible,
siendo como las sombras del ocaso
mientras un día con otro se ensambla
nos pusimos a pintar en la algorza,
o a elegir entre la mesa o la fuerza
si aún tu corazón todavía tiembla
sacando a rastras la cobertura;
y como esa misión sin destino,
u olvidarse de la barba del vecino
cuando no es fácil hallar cordura.
Pero lo que en el escenario fuimos
nunca nos llegará a ser vetado,
y que nos devuelvan lo quitado
haciendo real aquello que no vimos,
pues dibujaremos nuestra ventana
para así no poder ser engañados
basta con soñar mundos recién creados
y a la felicidad no nos separe tal persiana.

viernes, 18 de marzo de 2011

18-3-11

Fue pesadilla, de agito y descoyunto,
honor y deber salieron al encuentro
para no temer a ese negro punto
que quiso quemarnos desde dentro.
Después, quiso barrer el camino,
pero siempre fuimos cual viajero
aun tres vueltas y llegar al destino,
y del conocimiento ser mensajero.
Hubo quien negó lo improbable
para luego bajarse tras la farola,
del riachuelo hizo mar indomable,
y del accidente, alegato sin virola.
Como está el dolor por agregar,
no es afrontarle a golpe de copazo:
para con verdes mangas tarde llegar
cuando ya no quede al aire brazo.
Al final, sacaremos la fuerza interna
de saber cuando hace falta el crisol,
porque del barro siempre se retorna
y así vuelva otra vez a renacer el sol.

viernes, 11 de marzo de 2011

11-3-11

Dimos tantas vueltas a lo absurdo
y siempre nos quedamos en la cáscara,
más vale dejar de lado nuestro escudo
y hacerse unas... sonrisas en la cara,
pues todo parece quedar atrapado
entre males que no van a pararse,
pero a mí nunca me han preocupado
como quieran ganar sin acercarse,
luego que con culpas todo se pringa
y de cordura a locura hay un paso:
si la pelea demasiado se prolonga
o querer beberse un río con un vaso.
Así que yo cierro y barro, copio y pego,
al peso se va aturdiendo la paciencia,
pero no pasa nada si ya al final llego
y lo que nos bendice es la experiencia.

viernes, 4 de marzo de 2011

4-3-11

Y llegué, allí donde el tren paró
y lentas las puertas se abrieron,
un mudo reloj mi vista capturó,
y mis pasos el andén sintieron.
Miré alrededor los compañeros
su guiño, su sonrisa, su valor;
las maletas siempre a cuestas
y de fondo el olor del vapor.
No hay tiempo, no hay distancia,
ante mis ojos yo no te sabría decir
si las cosas pasan, o por constancia
me dejo rápido llevar y seducir.
Quisieron mis palabras ser dichas
juntadas en otras tantas huellas,
ser guías, ser aire, ser brochas
y tener siempre un rescoldo de ella.
Un discurso que pareció real
entre plumas negras y blancas,
trenzadas en un mundo irreal
de luchas que quedaron roncas.
Y al fondo el mar, que prevalece
más que esos que ya quisieron
estar ahí siempre, al que se queje,
al que llore, las olas le barrieron.
Y el resto, aunque tan diferentes
todos uno, vimos otros trenes,
otros caminos que siguieron
aquí y allá recuerdos inherentes
a nuestras vidas y percepciones,
unos corren, otros no quieren tanto,
el tren que me lleva a otras estaciones
no puede romper éste nuestro canto,
porque todos los destinos son lanzadera
que arriban juntos a la misma primavera.