viernes, 26 de noviembre de 2010

26-11-10

Como cuando cantan los impares
más vale estar mirando a lo propio,
y no elegimos los mismos collares
de donde poco se saca limpio.
Cordura no es cosa de contagios,
ni quejas cuando ya no quede algo,
Quevedo aprueba mis plagios
si no me ando con remilgo.
A esta la locura que ya nos espera
de cuando chocan los que arrasan,
tanta rozadura aburre a cualquiera
y a los que se enfrascan, salpican.
Y al final, tantas historias perdidas
se monta el circo para desaparecer,
rescatando al propio salvavidas
y lo que el destino quiera torcer.
Pero seguiremos insistiendo
para libres poder así volar,
lo enrevesado acabará saliendo
y nuestra bendición tremolar.

No hay comentarios: