viernes, 21 de enero de 2011

21-1-11

Hoy me desperté jugando con el ruido
entre esas nubes de tierna pereza,
que no me vuelvan a pillar dormido
o culpar a otros de nuestra torpeza
de aquella Babel hecha a nuestra costa
de los malentendidos que tuvimos
y de aquella palabra que persista,
la banda sonora de lo que vivimos.
El recuerdo de los muros de esta ciudad
guarda esos ecos del miedo interno,
que son estos ladrillos de la realidad
al sentirnos cerca el frío del invierno;
pero también quedan los susurros
de aquel beso que soñé despierto,
por esos momentos vivos y puros
de así ser libres al norte del desierto,
al unírsenos el pasado y el futuro,
aunque sean tan desconocidos
que salga por la ventana lo oscuro
y al final, nuestros esfuerzos bendecidos.

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