viernes, 21 de agosto de 2009

21-8-09

Escondido bajo el sombrero
y viendo pasar los tiempos
por volar el mundo entero
más raudo que quinientos.

Por remontar de tal modo
y jugar siempre a la última
donde nada vale todo
por descontado la alta estima.

No le digáis a mis estrellas
que abajo doblé sus pares,
diferentes fueron las doncellas
de la suerte crepusculares.

Y que nunca os quiten lo propio
aunque con sus palabras vengan,
pues quien del esfuerzo hizo acopio
lo mejor y la verdadera cima le esperan.

No hay comentarios: