viernes, 21 de diciembre de 2007

21-12-07

Dicen, que a los valientes les ayuda la fortuna,
que la luz, es la ilusión de un reflejo,
que la felicidad, la porta un conejo,
y que lo bueno de la vida, nos viene de propina.

Tampoco se logra todo a base de emoción,
ni sacaré fuerza de lo que escriba
(que ni por copia, me darán de lo que viva);
hay más y menos, pero no da la sensación.

Y es que entre tanta cena e importante duelo,
nos llega todo por arriba, y deprisa,
vivimos todo en permanente cornisa
y nuestra mente, nunca alza el vuelo.

Había una vez un tiempo, en que la gente se hacía feliz,
había calor frente al frío, y juntos, reinaba tranquilidad;
Sin despilfarro e hipocresía, sólo calma y verdad,
pero ahora ya ni eso, sin desperdiciar un desliz.

Pero, porqué no creer ni pensar
por un instante, sentirse en paz,
para una sonrisa compartida en tu faz,
porque si quieres se puede, no lo dejes escapar.

Y aunque es cierto que puede que nunca cambie,
con el blanco tiempo, no es hora de temer,
haya o no suerte, siempre vuelve a nacer,
como éste cierre y bendición, y a la navidad con buen pie.

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