viernes, 20 de agosto de 2010

20-8-10

A cada pedalada, a cada paso
hoy no toca pues dormir al raso,
pero me quema tanto el calor
como las tormentas lejanas del amor.
Y como ese canal por el que se fueron
en la frontera y pasado la ruina vieron,
interés y purpurina, azul y naranja,
y esta tarde saltaremos la zanja.
La música se perdió sus notas al viento
como los grajos y el recuerdo siento,
que no olvido, y el frescor del río
con nuestro fantasma juntos, yo sonrío.
Por reales tierras no nos conocieron
pero buena amistad así hicieron,
da igual el lugar si hay camino,
hoy o mañana, en felicidad peregrino.
Aunque caiga en el hoyo ahora salgo
que ni mil ojos ven lo que valgo,
pues no asustan ni torres lejanas
ni los que se quejan de las ventanas.
Solo me importa llamarte compañero
si aun en menos de un minuto entero
me ayudaste a dar el paso hacia arriba
al hierro, buena vista, le subscriba.
Y cuando nos llegue el día más largo
de paciencia y tesón será el pago,
de ir más allá juntos del horizonte
y nuestra bandera en cada monte.
Levantará el frío, cesará el fuego,
si hoy aquí te pierdo, te veo luego;
y en cualquier rincón hallar belleza
que hagan de nuestros corazones fortaleza,
para seguir, aun por senderos insondables
ni piedra, ni agua, ni tierra inmutables
serán cuestión para que nos detengan
pues son la vida que nos entregan.
Y bajar al gozo que fue prometido
por tantas almas sea extendido,
así tan diferentes, así tan iguales,
que nunca nos falten las señales.
Y al volver, no olvides que sigue el camino,
tus pies siempre encuentran un nuevo destino;
pero no olvides pasar a otro esa emoción
pues al final, es la verdadera bendición.

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