viernes, 5 de marzo de 2010

5-3-10

Te vigilo y me vigilas,
me miras y no tiemblas,
me fustigas sin sonrojo
menos de nada, basurilla, metal al rojo,
como caigo en olas de cuclillas
se me saltan hasta las muelas;
tus mentiras, mi despojo,
dirás que soy un poco flojo,
mi moral cae a la altura de las suelas,
y verso libre que alto vuelas
al infantil valor del anteojo;
pues me disfrazo, no pincho, y sin enojo,
mi paciencia de aquí a Bruselas
que la acompañan las zarzuelas;
el engaño me es cruel rastrojo
cual ciclogénesis en que me remojo,
pero sin perder las espuelas
que mi vida son eternas escuelas,
y para todos, poner mi corazón en desalojo
y acabar con la bendición, en feliz manojo.

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