Dragones surcando el cielo
siempre más y más rápido
pero sin nunca caer en el olvido
como nosotros miramos al suelo
tropezando entre los silbidos
y atoradas nuestras almas
entre los picos de diagramas
tan difícilmente percibidos.
Sacando de flujo los recursos
no pudimos recordar los pilares
que cimentaron nuestros andares
y así nos hicieron tan diversos,
tan extraños y erráticos al infinito,
y mandarles de vuelta al futuro
hasta ser un único silencio oscuro
siempre presente pero nunca visto.
Desterraremos aquellos miedos
que provocasen tal escozor,
felicidad y fortuna, siempre avizor,
y al fin, no se escapen de nuestros dedos.
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