Cuando se junta un recuerdo
de los buenos, con uno malo
muchos quedan sin el intervalo
con regusto amargo del postrer muerdo.
Es a veces como seguir la pista
y no queda nada que resista,
pues cuando llega el río al mar
sus aguas quieren todos olvidar.
Ya entre sopresas buscaron la brisa
y hubo quien se perdió por la alegría,
y quien cayó por sagaz sonrisa
por huir de lo que más temía.
Pues si llueve cuando está triste
al tiempo querido no lo hubiste,
que a esa culpa no se le quita hierro
ni aunque sepa peor que un puerro.
Continuando y sin dudarse,
terminado y sin abandonarse,
no sin la bendición quedarse.
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