Juglar cantaba tonterías del destino,
del viento y sus antojos,
de la ciudad de los mil ojos
o duendes hacer crecer flores sin tino.
Con fuerzas desbordadoras,
y por razón bien educado
sea tal arte destacado
encontrar ventajas tentadoras.
Si lo dicho no es tal dicho,
cascanueces y dejadas,
cual ideas empapadas
total dirá, será capricho.
Por el día corren las chiquillas,
por la noche, colosos exiliados
y darán los cambios, tanto exaltados
el cierre pues, bendito en cuartillas.
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