Veinte minutos después,
y con tiburones hasta en la sopa,
los más veteranos, en plan ciempiés,
no podían ni con la ropa.
- ¡Jefe! Dijo el capitán;
No podría echar un poco el freno,
que nos adelanta cualquier patán,
nos herniamos con este entreno.
- Muchachos, muchachos, muchachos...
que no nos sobran los millones,
por mi diría al presi fiche un par de galgos...
un poco más, y como si os persiguieran huracanes.
Y allí siguieron mal que bien corriendo,
alguno más muerto que vivo y sin redención;
y los juveniles, riendo tras la valla,
tampoco verían a su maestro llegar en desgañitación.
En fin, ¡que por los vientos frescos que corren,
y nuestra Liga que por fin comienza,
pese a todo el mal humor borren,
y de los mods, nos den su bendición y confianza!
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